Los sotos fluviales, donde predominan especies como los álamos, tanto el negro como el blanco, son el hábitat preferido de esta singular ave: el pito real ibérico Picus sharpei.
También se encuentran en otras formaciones arboladas, pero estos enclaves frescos y húmedos son sus preferidos para llevar a cabo la cría.
Es una de las especies de los comúnmente denominados “pájaros carpinteros” que viven en nuestro país.
En los troncos secos, llevan a cabo la crianza de su descendencia, realizando un agujero, con un túnel, al final de cual se instala la cámara de cría. Esta obra de ingeniería les lleva algunas semanas de trabajo.
Como su nombre indica es endémico de la península ibérica y llega hasta el sur de Francia. Con anterioridad se la consideraba subespecie de Picus viridis, pero en tiempos recientes se le ha asignado el status de especie por sus diferencias genéticas.
No es ni mucho menos común en nuestro término, pero en aquellos lugares apropiados, como las escasas choperas que aún perviven, es posible todavía escuchar su característico reclamo, parecido a un relincho, que delata su presencia.
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