Ayer fue uno de esos días
difíciles de olvidar para un observador de aves. Descubrir -aunque
fuera poco tiempo y a bastante distancia- a un ejemplar de Escribano
hortelano Emberiza hortulana en un paraje de Marbella, fue un
momento casi mágico. Y es que las observaciones de esta especie por
nuestra tierra suelen ser escasas, y siempre durante los pasos
migratorios, pues este bonito pájaro es de distribución más
norteña durante la reproducción, y es el único de su familia que
emigra al África tropical a pasar el invierno. Hacia alrededor de
veinte años de mi otra observación de esta especie en nuestro
término, y además en esta ocasión el menos me permitió una foto
testimonial.
El Escribano hortelano se
distribuye como reproductor por latitudes templadas de Europa y Asia
occidental, faltando en amplias zonas llanas del centro del
continente, pues más bien vive en zonas de montaña. Así en la
península ibérica ocupa todos los sistemas montañosos de la mitad
norte y en el sur sólo está presente en Sierra Nevada.
Aunque no se la considere
especie amenazada, no es un pájaro abundante allí donde habita. Se
estima para nuestro país una población aproximada de 200000 pp.
Una curiosidad sobre este
ave, es que está considerada como una delicatessen culinaria en
Francia. Y no son pocos los casos de escándalos por ello, ya que está
estrictamente protegida por la legislación europea y sin embargo de
vez en cuando surgen noticias sobre su consumo.
Para mi su observación
fue una verdadera “delicatessen”, pero sólo para mis ojos que
pudieron disfrutar unos segundo de un ave poco frecuente de avistar
en Marbella.