sábado, 28 de febrero de 2015

El pequeño Chochín.

Van cayendo los últimos días de febrero y en cuanto el sol calienta un poco, algunas aves muestran ya signos de encontrarse con las hormonas a tope, preparados para llevar a cabo la reproducción.
Es el caso del Chochín común Troglodytes troglodytes, uno de los más pequeños pajarillos que pueblan nuestros matorrales y malezas.
El macho construye varios nidos, de apariencia globosa con una entrada frontal, que cuelgan en algún arbusto o en alguna oquedad. Es digna de ver esta construcción, que este pequeño arquitecto es capaz de construir en solitario , con el objetivo de atraer a una o varias hembras ya que esta especie está considerada como poligama. Desde las cercanías del nido emite un canto potente y agradable, con el que delimita su territorio y consigue llamar la atención de sus congéneres del otro sexo.

El Chochín se distribuye ampliamente por latitudes templadas del hemisferio norte, incluyendo Norteamérica, y en Iberia es más abundante en la mitad norte, aunque en nuestro municipio no es ni mucho menos un ave escasa, siendo habitual en las densas malezas, bosques y matorrales donde vive todo el año, a base de alimentarse casi estrictamente de pequeños insectos y arácnidos.

domingo, 22 de febrero de 2015

Zarapito trinador ¿invernante?.

Ayer observé a este ejemplar de Zarapito trinador Numenius phaeopus en una playa de Marbella. A finales de noviembre vi otro -o el mismo- en el mismo lugar, lo que me hace pensar que pueda tratarse de un individuo invernante.
Esta ave limícola inconfundible por su largo y curvado pico, es una migrante transahariana que es común en las costas ibéricas en ambos pasos migratorios, pero que como invernante apenas posee unos mil ejemplares en Iberia. La mayoría de ellos se encuentran en Andalucia, en las marismas de Guadalquivir y en menor medida en las costas mediterráneas.

Una interesante observación que parece confirmar que este ejemplar está pasando el invierno en nuestras costas, donde rebusca entre las rocas algo que llevarse al pico y que a menudo suele ser un confiado cangrejo.

viernes, 20 de febrero de 2015

Primeras golondrinas.

Golondrina común.
En estos últimos días de febrero, comienzan a llegar algunas de las aves que habiendo pasado gran parte del otoño y el invierno en África, regresan a la vieja Europa.
El lunes vi mi primera golondrina común Hirundo rustica en Marbella. Esta bella ave viajera, cada vez más escasa, comienza a finales de enero a dejarse ver por el sur ibérico, aunque todavía son ejemplares solitarios, que constituyen la avanzadilla migratoria que se avecina.





Avión común.
Ayer mismo dos ejemplares de Avión común Delichon urbicum volaban sobre un paraje de la vecina localidad de Estepona. Ambas observaciones son fenologicamente normales, pero al ser las primeras siempre llaman la atención y nos recuerdan que la primavera está a la vuelta de la esquina.









Cormorán grande.
Al mismo tiempo las aves invernantes aún continúan en su mayoría pasando estos fríos días invernales en nuestro medio natural. Cormoranes, Gaviotas cabecinegras, Gaviotas reidoras y otras aves estrictamente invernantes, pusieron el calendario en su justo punto, recordándome que a pesar de lo que pueda parecer, todavía seguimos en invierno.
Gaviota cabecinegra.


Gaviota reidora.

sábado, 14 de febrero de 2015

El escaso pájaro moscón.

Hace unos días descubrí la presencia de este pequeño habitante de nuestros humedales. Es el Pájaro moscón Remiz pendulinus, uno de los invernantes más escasos que tenemos en la costa occidental de Málaga.
Este raro pajarillo tiene una exigencias en cuanto al hábitat, que lo hacen escaso y localizado, pues requiera una abundante cobertura vegetal y arbórea en los tramos medios y bajos de los ríos. También puede verse en embalses y otros humedales, siempre que reúnan estas condiciones.
El pájaro moscón vive en zonas templadas de Eurasia, aunque de manera discontinua. En Iberia es mayoritariamente sedentario, aunque durante el invierno se reciben ejemplares de procedencia centroeuropea que llegan a invernar, ocupando gran parte de los grandes valles fluviales y faltando en amplias zonas.

El estado de nuestros cursos fluviales -muy degradados-, es sin duda la causa de su rareza como invernante y puede que hasta como reproductor, en nuestra zona. Además no resulta fácil detectarlo, porque su modo de vida, muy ligado a la densa vegetación palustre y ribereña, lo hacen difícil de detectar. Entre esta maraña vegetal suele moverse en busca de pequeños insectos, larvas y alguna que otra semilla, este enmascarado pajarillo de nuestros ríos.

martes, 10 de febrero de 2015

Cormorán grande nupcial.

Cormorán grande, mudanndo a plumaje nupcial.
Al llegar estas fechas, próximas ya a la reproducción de la gran mayoría de las especies de aves, algunas comienzan a cambiar el plumaje invernal por otro, más llamativo, que se denomina nupcial.
Es el caso del Cormorán grande Phalacrocorax carbo, una de las aves invernantes de mayor tamaño que se dejan ver por Marbella. Esta ave ictiófaga que pesca tanto en el mar, como en masas de agua dulce, es un invernante estricto en nuestro municipio. Fue a partir de la década de los 80 del pasado siglo cuando su población aumentó de manera exponencial en las costas y humedales ibéricos. Hasta entonces era un invernante escaso, incluso ausente por completo, de muchas zonas de Iberia. Además desde hace unos años en algunos embalses del interior de la península se registra la reproducción de algunas parejas, tanto en colonias poco densas, como de forma aislada.
En Marbella tengo constancia de la invernada de Cormorán grande desde primeros de los noventa, y desde entonces su número no para de crecer, siendo muy fácilmente observables en las playas y humedales del término, donde pescan con gran destreza realizando inmersiones de duración variable, tras la que emergen de nuevo a la superficie, a menudo con una presa. Llegan a nuestra zona desde mediados de octubre y suelen marcharse desde primeros de marzo, aunque pueden llegar a verse ejemplares hasta bien entrado el mes de abril.

A partir de enero los ejemplares adultos comienzan a mostrar los primeros signos de cambio en su plumaje, preparándose ya para su inminente marcha hacia las costas del norte de Europa, donde llevaran a cabo la cría.