Fieles a su cita anual, en su incansable ir y venir a África, ya se dejaron ver por Marbella los milanos negros Milvus migrans.
Es un hecho que se repite todos los años al finalizar julio. Se dejan ver estas aves rapaces, de dieta oportunista y bastante frecuentes en amplias zonas de Iberia como reproductora, aunque aquí en nuestra provincia no ocurra esto. Aunque llega a criar en algunos lugares de Málaga, no es ni mucho menos tan común como en el resto de la península. Aquí simplemente los observamos durante los pasos migratorios, y sobre todo en este postnupcial, entre finales de julio y finales de septiembre más o menos.
Estos días pasados he llegado a observar un par de grupos -no muy grandes, apenas una decena-, seguramente porque tampoco el viento era muy adecuado para verlos cercanos a la costa. Las observaciones las he hecho desde mi balcón, así que previsiblemente más hacia la sierra se hayan dejado ver más ejemplares, pues buscan esa zona por las fuertes corrientes térmicas ascendentes, que en estos calurosos días se producen en ella. De esta forma vuelan sin apenas esfuerzo, casi sin tener que batir alas.
Son los primeros migrantes transaharianos postnupciales que veo este año, pero esto no ha hecho más que comenzar. Vienen semanas y meses moviditos.
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