Entrados ya en la segunda quincena del mes de julio comienzan a detectarse los primeros movimientos migratorios postnupciales. Son todavía pocas especies y pocos individuos, si bien algún grupo ya numeroso de milanos o cigüeñas blancas se dejan ver en estos días.
Pero lo que llama la atención ahora en las salidas al medio natural, es la cantidad de aves jóvenes presentes. Todas las especies reproductoras están ya acabando su ciclo anual de perpetuar la especie, y este hecho es bastante notorio.
Hace unos días varias familias de escribano montesino Emberiza cia, deambulaban buscando alimento por su típico hábitat: las zonas serranas con abundante matorral.
juvenil de escribano montesino
Algunos de estos jóvenes alados, ya se han independizado totalmente, otros aún necesitan de sus progenitores para adquirir las habilidades necesarias para sobrevivir. Buscar el sustento y evitar predadores, suelen ser las enseñanzas que los adultos tiene que inculcarles en breve tiempo.
juvenil de escribano montesino
Sería muy largo enumerar todos los avistamientos de juveniles, pero por dar alguno más, la de un ave casi plenamente urbana, el estornino negro Sturnus unicolor, ave que cría en construcciones humanas por lo general, aunque también lo puede hacer en campo abierto en algún hueco de un árbol por ejemplo.
Como dije al principio en poco tiempo -apenas un par de semanas- ya la migración será mucho más intensa y a buen seguro deparará momentos, que aunque se repiten año tras año, llaman poderosamente mi atención.
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