De las especies de gaviotas que invernan en Marbella, hay dos que podemos considerar como de tamaño “pequeño”: la gaviota reidora Croicocephalus ridibundus y la gaviota cabecinegra Ichtyaetus melanocephalus. Más raramente se puede ver alguna otra especie de tamaño parecido, pero eso ya es harina de otro costal.
A menudo no resulta fácil de determinar la especie con facilidad, si el avistamiento no es cercano. Si además tenemos en cuenta que el tamaño es muy similar y que además presentan dos plumajes a lo largo del año -el invernal y el nupcial- que además son muy parecidos en ambas especies, el observador puede verse en un problema. Pero hay detalles que hacen, que si la observación es cercana, el dilema este resuelto.
La cabecinegra presenta un pico más grueso, la cabeza es más redondeada y en vuelo presenta las alas totalmente blancas. Además es un poco mayor de tamaño, cosa no siempre apreciable, según la distancia.

Gaviota cabecinegra en plumaje invernal.
Por contra la reidora, que es un poco más pequeña y estilizada, tiene el pico más fino, las puntas de las primarias (alas) son negras y cuando están en plumaje nupcial, el capuchón es color chocolate, mientras en la cabecinegra es negro puro.

Gaviota reidora en plumaje invernal.
Todo esto hablando de ejemplares adultos y en un plumaje -ya sea invernal o nupcial- prototipo. Si nos metemos en diferentes edades, en mudas, etc, ya la cosa se complica. Pero en todo caso, la forma del pico , independientemente del color, resulta determinante para establecer que especie tenemos delante.
Las gaviotas son uno de los grupos de aves más complejos para identificar, por lo anteriormente dicho: dos plumajes al año, transición entre ambos, diferencia entre edades. Un mundo complejo, pero fascinante.
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