lunes, 5 de julio de 2021

La bella oropéndola.

La bella oropéndola Oriolus oriolus ya ceba a sus descendientes en los pocos enclaves adecuados que encuentra en nuestro término. 



Mucho menos habitual que hace unas décadas, este bello pájaro que pasa el invierno en África tropical, ocupa sobre todo riberas fluviales con arbolado denso. Aunque también puede establecer su territorio de cría en otras zonas boscosas, al menos en Marbella la gran mayoría de las parejas -que no son muchas-, cría en estos escasos restos de bosques de ribera.

Nota: fotografía realizada mediante digiscoping, desde una carretera a bastante distancia del nido.

Es un pájaro del tamaño del mirlo más o menos y con dimorfismo sexual. El macho presenta una bella coloración amarilla y negra, mientras la hembra presenta tonos verdosos más discretos. El nido es una pequeña obra de arte, incrustada en alguna horquilla de un árbol.

Llegan ya mediado el mes de abril, y como ocurre con otras muchas aves, es más fácil detectar por el canto que por la propia observación, ya que presenta un comportamiento muy discreto, siempre enramada en los densos árboles. Se marcharán a finales de agosto más o menos, por lo que su presencia en la vieja Europa no es muy prolongada. Ocupa una amplia extensión del viejo continente, llegando hasta zonas boreales. Aunque su tendencia es ligeramente positiva según los datos del programa SACRE, en nuestro municipio, y a mi entender, se encuentra en franca regresión. La mala situación de las zonas boscosas frescas, sobre todo los sotos fluviales, supone una pérdida de hábitat adecuado a la especie, que hace que haya que buscarla ya en lugares muy específicos.


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