Si hay un pájaro nombrado en la literatura por su formidable canto, ese es el ruiseñor común Luscinia megarynchos. Y es que el canto es lo más llamativo de este paseriforme, por lo demás bastante discreto en coloración y escondedizo en sus hábitos.
Es plenamente un ave estival, que llega ahora desde el África occidental y central donde ha pasado los meses más fríos. Ocupa ahora la parte meridional de Europa y de Asia, hasta el Caspio, donde se reproduce. Casi exclusivamente insectívoro y habitante de zonas muy frescas y húmedas; aunque también ocupa otros matorrales menos higrófilos, pero siempre densos y poco expuestos al calor.
Como dije antes su canto ha inspirado a literatos por su belleza y musicalidad. Lo emite incluso durante la noche intentando atraer a las hembras y también para establecer su territorio, compitiendo con otros machos.
En Marbella es común pero en mi opinión, en descenso. Cada año localizo menos. Sin ser un descenso muy notorio, si que me da la impresión de que su población ha descendido. Muchas pueden ser las causas, entre ellas la destrucción de zonas ribereñas y la disminución evidente de las poblaciones de insectos por causas antropógenas, como el uso masivo de plaguicidas.
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