La disminución de la
población del conejo Oryctolagus cuniculus, es probablemente
el factor determinante en la escasez de algunos depredadores. Casos
como el del Lince ibérico o el Águila imperial ibérica, son de
sobra conocidos y han llevado a ambas especies hasta el umbral mismo
de la extinción. Pero además de estas dos emblemáticas especies,
otras muchas también dependían en gran medida de la caza de este
lagomorfo para su supervivencia. Estoy pensando en el Águila
perdicera Aquila fasciata, una rapaz cada vez más escasa en
Iberia, por poner un ejemplo.
el Conejo es nativo de
la península ibérica y después ha sido introducido en gran parte
del centro de Europa, las islas Británicas, Australia, Nueva Zelanda
y algunas zonas del sur de Sudámerica, en algunos casos con
consecuencias catastróficas. Fue en la década de los 50 del siglo
XX, cuando la mixomatosis diezmó notablemente las poblaciones del
Conejo y después se le sumó la enfermedad hemorrágico vírica.
Para España se estima que la población ha disminuido, desde el
comienzo de estas dos plagas casi un 75%.
En Marbella este declive
ha sido muy acusado, y es ya difícil toparse con uno de estos
animales, que antaño resultaban muy comunes. Hace unos días me topé
con uno -que no presentaba muy buen aspecto- y hacia ya algún tiempo
que no tenía esta “suerte”.
En definitiva, que la
casi ausencia de esta especie presa, clave en el ecositema
mediterráneo, ha debido tener una enorme importancia en la
rerefacción de algunos depredadores que sin duda antes resultaban
mucho más frecuentes.
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