jueves, 22 de diciembre de 2016

Ausente.

La disminución de la población del conejo Oryctolagus cuniculus, es probablemente el factor determinante en la escasez de algunos depredadores. Casos como el del Lince ibérico o el Águila imperial ibérica, son de sobra conocidos y han llevado a ambas especies hasta el umbral mismo de la extinción. Pero además de estas dos emblemáticas especies, otras muchas también dependían en gran medida de la caza de este lagomorfo para su supervivencia. Estoy pensando en el Águila perdicera Aquila fasciata, una rapaz cada vez más escasa en Iberia, por poner un ejemplo.
el Conejo es nativo de la península ibérica y después ha sido introducido en gran parte del centro de Europa, las islas Británicas, Australia, Nueva Zelanda y algunas zonas del sur de Sudámerica, en algunos casos con consecuencias catastróficas. Fue en la década de los 50 del siglo XX, cuando la mixomatosis diezmó notablemente las poblaciones del Conejo y después se le sumó la enfermedad hemorrágico vírica. Para España se estima que la población ha disminuido, desde el comienzo de estas dos plagas casi un 75%.
En Marbella este declive ha sido muy acusado, y es ya difícil toparse con uno de estos animales, que antaño resultaban muy comunes. Hace unos días me topé con uno -que no presentaba muy buen aspecto- y hacia ya algún tiempo que no tenía esta “suerte”.

En definitiva, que la casi ausencia de esta especie presa, clave en el ecositema mediterráneo, ha debido tener una enorme importancia en la rerefacción de algunos depredadores que sin duda antes resultaban mucho más frecuentes.

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