viernes, 29 de agosto de 2014

Charrancitos en Guadalmina.

Ejemplares juveniles de Charrancito común
Dos ejemplares de Charrancito común Sterna albifrons pescaban ayer en la desembocadura del rio Guadalmina. Como tantas otras especies, estas pequeñas avecillas se dirigen ahora hacia sus zonas de invernada situadas en el oeste de África.
El Charrancito común es un ave que ha sufrido en las últimas décadas un notable descenso de su población en España. La intensa ocupación del medio costero por parte del ser humano está en la raíz de su declive, ya que crían sobre arenales costeros y se muestran muy sensibles a las interferencias durante el periodo reproductor. Además pueden llegar a ser depredados por perros y otros animales domésticos durante la incubación, lo que ha hecho que se la considere en la actualidad un ave amenazada. Tanto en el Libro Rojo de las Aves de España como en el Libro Rojo de los Vertebrados amenazados de Andalucía, tiene categoría de amenaza, siendo en este último la calificación de “vulnerable”.
Charrancito común en vuelo.
Vive en casi todo el mundo, excepto en América, aunque de forma discontinua y no siendo demasiado abundante. Cría en colonias poco densas en estuarios, marismas y otros medios tanto costeros como interiores. En España se reproduce en zonas del Guadalquivir, Delta del Ebro y otros humedales litorales y de interior, aunque su población no es muy grande alcanzando apenas las 6000 parejas.
Su técnica de pesca consiste en volar a cierta altura sobre el agua y realizar cernidos hasta localizar a sus presas, lanzándose entonces en picado sobre ellas. Suelen ser pececillos, algún crustáceo e incluso insectos, aunque son los primeros los predominantes en su dieta.
Con seguridad que en tiempos pasados llegaron a reproducirse en nuestras costas, sobre todo en las desembocaduras de ríos y arroyos, pero la fuerte presión urbanística y turística que nuestro medio costero ha tenido y tiene en la actualidad, los ha eliminado como reproductores. Además el estado lamentable en que se encuentra el medio natural y en este caso, las desembocaduras de nuestros ríos, hacen que apenas se dejen ver si no es durante los pasos migratorios, donde de vez en cuando algunos ejemplares aparecen y paran a descansar y alimentarse.

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