jueves, 14 de agosto de 2014

Algunos viajeros alados.

Grupo de Milanos negros buscando térmicas
sobre Sierra Blanca.
Agosto es un mes propicio para la observación de la migración postnupcial de Aves. Y con nuestra privilegiada situación geográfica, este fenómeno natural suele ser bastante ostensible en la costa y en las sierras malagueñas.
Aunque casi no he podido dedicarle tiempo estos días a la observación de este espectáculo natural, pude ver algunos de estos viajeros en días pasados.

Apenas pude contar una docena de Milanos negros Milvus migrans, cruzando sobre sierra Blanca, donde las potentes corrientes ascendentes de aire que en ella se forman, ayudan a las aves planeadoras a volar casi sin esfuerzo camino del ya cercano Estrecho de Gibraltar.
Abejarucos en migración, descansando en Sierra blanca.
Mucho más ostensible era el continuo paso de Abejarucos Merops apiaster, con números muy altos en sus grupos migratorios, pues en sólo uno de estos bandos pude contar más de 40 ejemplares y como digo, el paso era bastante continuado. A menudo estas aves hacen escala allí donde encuentran una fuente de alimento, insectos de gran tamaño generalmente, que capturan en vuelo. En sus viajes transcontinentales no es raro escucharlos incluso en plena noche, pero es durante el día cuando resultan más numerosos y permiten su observación en números significativos.
Es tiempo de partidas y este trasiego de Aves depara momentos memorables a los aficionados a la observación de la Naturaleza, ya que pocos fenómenos naturales como la migración, resultan tan vistosos y llaman tanto la atención.

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