Es el único de su familia - los hirundínidos-, que permanece en Europa al llegar el otoño. Golondrinas y aviones marchan a África, pero el avión roquero Ptyonoprogne rupestris se ha adaptado a pasar el invierno en Europa, no sin algunos problemas derivados de la meteorología adversa, que puede llegar a dejarlos sin alimento en algún momento.
Desde octubre se dejan ver en plena ciudad, patrullando entre los edificios, pero también en ambientes fluviales y costas y prácticamente en cualquier lugar, ya que son aves que pasan gran parte del tiempo volando. Consumen pequeños insectos que capturan al vuelo, principalmente moscas y mosquitos, como el resto de sus congéneres.
En Marbella pueden llegar a formar dormideros importantes en plena ciudad, de decenas o centenares de individuos. En tiempos recientes incluso se ha llegado a detectar su reproducción, no en zona urbana, pero si en algunas infraestructuras, como puentes.


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