A algunas especies parece no irles mal, cuando la norma es al contrario. Normalmente son especies poco exigentes en cuanto al hábitat, con amplio espectro trófico y muy adaptables a los cambios que continuamente el ser humano provoca en el medio natural.
Este parece ser el caso del avetorillo común Ixobrychus minutus, una pequeña ardeida que prospera en nuestros humedales, siempre en bajo número, ya que nunca es un ave abundante.
Se alimenta de casi cualquier pequeño animal que pueda capturar, ya sea un pez, un anfibio un insecto u otro invertebrado. Es capaz de adaptarse a vivir entre vegetación invasora y tolera bastante bien la presencia humana.
En nuestro humedales, como dije antes, está presente todo el año -al menos en alguno-, y se reproduce con éxito, al menos aparentemente.
Aunque no resulta fácil de ver por sus hábitos crepusculares y por moverse entre la densa vegetación palustre, con un poco de paciencia es posible observarlo en entornos acuáticos muy cercanos a zonas transitadas y bastante concurridas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario