martes, 18 de marzo de 2025

En disminución.

 

El galápago leproso Mauremys leprosa es una de nuestras joyas faunísticas. Lo es por su área de distribución, que está restringida en Europa a la península Ibérica y a una pequeña población en el sur de Francia, así como en algunas islas mediterráneas. También aparece en el norte de África. Por su carácter termófilo falta de buena parte del norte de nuestro país.


Su alimentación es mayoritariamente de origen vegetal, pero también consume pequeños invertebrados e incluso puede llegar a consumir carroña.

Está muy ligado al medio acuático evidentemente, pero es capaz de soportar, hasta cierto grado, aguas con cierto nivel de contaminación.


Lo que si necesita es aguas remansadas, ya sean embalses, lagos , ríos, etc. Y dado su carácter termófilo precisa un alto grado de insolación, y cierta cobertura vegetal, tanto de vegetación palustre como sumergida.

Desde hace unos años noto un notable descenso de sus efectivos en Marbella. Y diversos autores parecen coincidir en este hecho: el galápago leproso es cada vez menos común.

Las causas seguramente son variadas, pero entre ellas se encuentra la tremenda expansión que está teniendo la exótica invasora tortuga de Florida Trachemys scripta, e incluso alguna otra especie introducida en tiempos recientes. Compiten con nuestro galápago autóctono por los lugares de soleamiento, por el alimento, incluso les pueden transmitir patógenos, ya que la especie alóctona se ha hecho muy numerosa. Además algunos de los peces introducidos, o sea invasores, depredan sobre el leproso, aumentando así la de sus depredadores naturales.

 Mi impresión  es que cada vez hay menos de los nuestros y más de los invasores, y si no se toman medidas -que lo dudo-, la población autóctona podría llegar a colapsar.

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