Ejemplar juvenil de Alcatraz atlántico, en una playa de Marbella |
El temporal de días
pasados, que ha regado los ya resecos campos, también tiene algunas
consecuencias no precisamente favorables sobre algunas aves.
Si el mal tiempo se
alarga en exceso o es extremadamente intenso algunas aves,
generalmente aquellas que tienen un peor estado físico, pueden
pasarlo mal. Además hay especies que por su hábitat o tipo de
alimentación, son más vulnerables a estos episodios climáticos
adversos.
Y estos han sido los
casos de dos especies dispares, pero que resultan especialmente
sensibles a los temporales.
El primer caso es el de
un juvenil de Alcatraz atlántico Morus bassanus, una de las
aves marinas de mayor envergadura que vive en nuestras costas, y que
descubrí hace un par de días en un playa. A pesar de que este
episodio borrascoso no ha producido un temporal marítimo muy
intenso, este joven Alcatraz no lo ha podido resistir.
Avión roquero. |
El otro caso que traigo
hoy no es tan dramático. Fue ayer mismo cuando me encontraba por la
zona de Nagüeles y observé algunos Aviones roqueros Ptyonoprogne
rupestris, volando a baja altura y con cierta dificultad.
Seguidamente uno de ellos se posó sobre mi coche, y me dejó
acercarme a tan solo unos centímetros de él. Comportamiento muy
inusual de estos fantásticos voladores, que denota a las claras que
algo no va bien. Posiblemente tantos días de lluvia han hecho
imposible que estas aves se alimente de manera normal, pues su
sustento consiste en pequeños insectos voladores, que capturan en
pleno vuelo, y los constantes chaparrones de los días precedentes
han hecho que estos desaparezcan o al menos, sean muy escasos.
Aquellos que peor
condición física (pocas reservas de grasa) presenten tendrán
serias dificultades para sobrevivir. Al menos este roquero llegó
vivo al final del temporal, espero que haya podido alimentarse y
“remonte” el vuelo de nuevo.
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