Ya empiezan a verse los primeros pollos de gaviota patiamarilla Larus michaellis por nuestras calles. Esta gaviota, se ha asentado como reproductora en nuestro casco urbano desde hace unas décadas, y resulta cada vez más numerosa su población.
Hay que recordar que las gaviotas -a las adultas me refiero- no atacan en sí al ser humano; pero si ven a su cría, -que en la mayoría de los casos saltan del nido antes de poder volar con soltura- en lo que ellas consideran peligro, si que pueden intentar intimidarnos. Y lo consiguen e menudo. Su gran tamaño y su ruidosa reacción ante tal situación, suelen causar cierto pánico, pero insisto no nos van a “atacar”, simplemente defienden a su descendiente, como por otra parte, todos haríamos en una situación similar.
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