Que los vencejos son de los pájaros más veloces que tenemos en Iberia, es algo sabido. Además, por su extraordinaria adaptación al medio aéreo, son capaces de maniobrar con suma rapidez y realizan auténticas acrobacias en el aire. Pero a pesar de ello son vulnerables.
De ésto fui testigo hace unos días en una calle de nuestra ciudad. A pesar de que el cernícalo vulgar Falco tinnunculus, es una pequeña rapaz que tiene sus armas para buscarse el sustento, nunca pensé que pudiera atrapar a uno de éstos intrépidos voladores.
Pero una vez más me equivoqué. Es evidente que el pequeño falcónido, además de sus dotes físicas, es capaz de mediante la observación -a la que dedican buena parte de su tiempo-, aprender, y con ello, ser eficaces en la caza de tan esquivas aves.
El cernícalo, aprovechó el momento en que un grupo de vencejos realizaba sus vuelos a baja altura, uno de sus comportamientos sociales que realizan en las cercanías de la colonia, para en un rápido picado, cazar a uno de ellos.
A pesar de que el resto del grupo lo hostigó un buen trecho, finalmente se marchó con su presa entre las garras. Seguramente el desdichado vencejo sirvió de almuerzo a los jóvenes cernícalos, que ya en estas fechas tienen crías crecidas.
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