martes, 29 de noviembre de 2016

Nunca llueve a gusto de todos.

Ejemplar juvenil de Alcatraz atlántico, en una playa
de Marbella
El temporal de días pasados, que ha regado los ya resecos campos, también tiene algunas consecuencias no precisamente favorables sobre algunas aves.
Si el mal tiempo se alarga en exceso o es extremadamente intenso algunas aves, generalmente aquellas que tienen un peor estado físico, pueden pasarlo mal. Además hay especies que por su hábitat o tipo de alimentación, son más vulnerables a estos episodios climáticos adversos.
Y estos han sido los casos de dos especies dispares, pero que resultan especialmente sensibles a los temporales.

El primer caso es el de un juvenil de Alcatraz atlántico Morus bassanus, una de las aves marinas de mayor envergadura que vive en nuestras costas, y que descubrí hace un par de días en un playa. A pesar de que este episodio borrascoso no ha producido un temporal marítimo muy intenso, este joven Alcatraz no lo ha podido resistir.
Avión roquero.
El otro caso que traigo hoy no es tan dramático. Fue ayer mismo cuando me encontraba por la zona de Nagüeles y observé algunos Aviones roqueros Ptyonoprogne rupestris, volando a baja altura y con cierta dificultad. Seguidamente uno de ellos se posó sobre mi coche, y me dejó acercarme a tan solo unos centímetros de él. Comportamiento muy inusual de estos fantásticos voladores, que denota a las claras que algo no va bien. Posiblemente tantos días de lluvia han hecho imposible que estas aves se alimente de manera normal, pues su sustento consiste en pequeños insectos voladores, que capturan en pleno vuelo, y los constantes chaparrones de los días precedentes han hecho que estos desaparezcan o al menos, sean muy escasos.
Aquellos que peor condición física (pocas reservas de grasa) presenten tendrán serias dificultades para sobrevivir. Al menos este roquero llegó vivo al final del temporal, espero que haya podido alimentarse y “remonte” el vuelo de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario