Hembra de Gavilán común. |
En estos días calurosos
-a pesar de estar ya en el mes de noviembre-, no he tenido
observaciones muy destacadas de aves. Parece que la meteorología,
tan poco acorde con las fechas en que nos encontramos, ralentiza la
actividad y el movimiento de las aves, o al menos esa es mi
impresión.
De entre lo lo más
destacable que me han deparado mis salidas al campo en los últimos
días, la presencia de una pareja de Gavilan común Accipiter
nisus en Nagüeles, que al menos me mantuvo atento a sus
evoluciones durante un buen rato. Es una pareja que tengo controlada
desde hace años y que en mis salidas por la zona suelo ver en
ocasiones, pero al ser un ave discreta suele pasar desapercibida a
menudo; es una rapaz que apenas emite vocalizaciones y que suele
volar a baja altura, en vuelos cortos y generalmente en zonas con
densa vegetación, lo que puede hacer que se infravalore su población
real.
Esta pequeña rapaz muy
especializada en la caza da pájaros de pequeño porte, tiene un
dimorfismo sexual muy acusado. El macho es casi la mitad más pequeño
que la hembra y posee una coloración muy llamativa, con tonos
anaranjados en la cara y el pecho, mientras la hembra es de tonos
mucho más discretos. La población ibérica es básicamente
sedentaria, con algunos movimientos dispersivos por parte de los
jóvenes y altitudinales cuando llegan las fechas otoñales. Pero la
población de centroeuropa sí que se desplaza hasta zonas más
atemperadas, como la nuestra, para evitar los meses más fríos.
Incluso se detecta paso de esta especie, que llega a cruzar el
estrecho para invernar en el norte de África. Es por ello que en
estas fechas el incremento de la población local es notable en
Marbella, siendo un ave mucho más común que durante la época
estival.
A pesar de ser un ave que no es escasa, tampoco puede
decirse que sea abundante. Ocupa aquellas zonas apropiadas a su forma
de vida, que son bosques y zonas con arbolado disperso, donde busca
algún pajarillo despistado que poder cazar, desde algún posadero
donde intenta pasar desapercibido. Sus alas cortas y redondeadas le
permiten este tipo de caza, con vuelos bajos, rápidos y con una gran
capacidad de maniobrabilidad, condiciones que necesita para cazar a
sus escurridizas presas:: los pequeños pájaros. La hembra puede
llegar a cazar aves hasta el tamaño de la paloma, mientras que el
macho se tiene que conformar con paseriformes de menor tamaño,
siendo el Mirlo común una de las más comúnmente depredadas por
este pequeño “pirata” alado.
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