lunes, 28 de octubre de 2013

Finales de octubre

A finales de octubre la migración postnupcial va tocando a su fin. Esto no quiere decir que todavía no se vean algunos ejemplares de varias especies en paso; de hecho es ahora cuando el movimiento en algunos grupos de aves, como los fringílidos, es más intenso. Pero si es cierto que aquellas especies que a los observadores de aves nos parecen más “interesantes”, por su escasez o por ser solo observables durante estos pasos, resultan ya escasas.
Macho de Colirrojo tizón.
Pero ahora llegan las especies invernantes. Aquellas que durante la primavera y el verano se marcharon más al norte para llevar a cabo la reproducción y que regresan a sus cuarteles de invierno en Iberia. Como ya comenté en entradas anteriores ya se han instalado muchas de estas aves en nuestro medio natural, caso de zorzales, currucas capirotadas, petirrojos, etc. Pero no fue hasta ayer mismo cuando descubrí a mi primer Colirrojo tizón Phoenicurus ochuros de la temporada.
Este pájaro con un acusado dimorfismo sexual, es un habitante de numerosos habítats naturales de nuestro entorno durante el otoño-invierno (desde octubre a marzo), pudiéndolo encontrar en roquedos, matorrales, zonas arboladas e incluso en plena ciudad. Se distribuye por latitudes templadas y medias del Paleártico, no penetrando muy al norte en Europa. En Iberia como reproductor es muy común en el norte, algo menos en el centro y más escaso en el sur, donde se acantona en zonas montañosas frescas. Sin embargo durante esta época se reciben ejemplares de centroeuropa y algunas aves ibéricas que abandonan las zonas más frías de las montañas para pasar el invierno en lugares más atemperados.
A partir de ahora resultaran muy comunes y fáciles de observar, ya que no son muy esquivos y suelen posarse en lugares prominentes, desde donde acechan alguna posible presa, ya que son básicamente insectívoros, aunque también consumen algunas bayas y frutos. Suelen ser muy territoriales incluso en esta fase de su vida y pelearan con cualquier congénere que se introduzca en sus dominios.
A pesar de que el clima sigue siendo casi veraniego, la llegada de algunas aves indica ya a las claras que el otoño está en plenitud.

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