El Ruiseñor bastardo
Cettia cetti es un pequeño paseriforme fácil de detectar por
su canto pero raro de observar al descubierto. Habita en los más
intrincados matorrales, generalmente cerca de cursos de agua. Su
aspecto es poco llamativo con tonalidades grises y marrones, con una
ceja blanca algo marcada.
Su canto sin embargo, es de los más
característicos de los de la avifauna ibérica. Puede escucharse
durante todo el año, y cuando lo emite inmediatamente es contestado
por otros congéneres cercanos, comunicándose de esta manera donde se
encuentra cada cual. Un método muy apropiado para estos escondedizos
pajarilllos, que utilizan sus vocalizaciones como marcas de posición.
Vive en la Europa
mediterránea, norte de África y llega hasta latitudes templadas de
Asia. Es primordialmente insectívoro y no realiza movimientos
migratorios destacables, siendo considerado por lo tanto como
sedentario.
A estas alturas del año
se encuentran todavía inmersos en la reproducción, lo que conlleva
un esfuerzo importante y algunos, como el de la foto, presentan ya
un desgaste en el plumaje muy notorio.
Este pequeño pajarillo,
al que seguro que hemos oído en más de una ocasión, es de los más
genuinos habitantes de nuestros matorrales de ribera, zarzales y
zonas palustres.
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