Ayer tuve una observación de esas que te llenan de emoción y que te animan para seguir observando y aprendiendo de los seres vivos. Y como tantas otras que he comentado en este blog, la hice desde casa.
se trata del avistamiento de un ejemplar de la mariposa pandora Argynis pandora, un lepidóptero que no es demasiado abundante y que además se suele observar en entornos montañosos, forestales o arbustivos, pero que al menos yo nunca había detectado en plena ciudad, desde mi balcón.
Es una mariposa grande (su envergadura puede llegar a los 7 cm) y que por ello se puede detectar con cierta facilidad.
Como he dicho la detecté desde mi balcón, rápidamente bajé al jardín urbano que tengo enfrente a ver si había suerte y la podía fotografiar. No me dio mucho juego, después de libar brevemente sobre una lantana, se marchó con un vuelo rápido y potente.
Vive en Eurasia y el norte de África, aunque su distribución es irregular y al menos en nuestra provincia está muy ligada a las serranías y sus cercanías, donde es relativamente frecuente.
Como se puede observar en las fotos el ejemplar está bastante deteriorado. Es una especie univoltina, que suele emerger en verano y que apenas llega al mes de octubre, de ahí que yo tenga tan pocas observaciones de esta bella mariposa, pues el verano no es muy buena época para visitar entornos montanos. Mis observaciones en Marbella de esta especie son pocas y dilatadas en el tiempo, pero esta me llenó especialmente, por hacerla desde mi propia casa.
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