viernes, 31 de marzo de 2023

Desde el balcón.

 

Observar aves desde casa fue una buena distracción durante la pasada pandemia, allá por la primavera de 2020. Pero sigue siéndolo hoy, cuando por las causas más diversas no se sale mucho al medio natural. Observar desde el balcón a veces depara interesantes observaciones. A veces incluso, no esperadas.


En los último días llevo varias observaciones que considero interesantes. Estamos en los comienzos de la migración prenupcial, o más bien ya plenamente inmersos en ella, pero todavía faltan por llegar algunas especies, o bastantes más bien.

Las aves locales están ya en plena reproducción. Algunas todavía simplemente construyendo el nido, caso de las gaviotas patiamarillas o los estorninos negros; otras más avanzadas en la cría como el mirlo común o el serín verdecillo.


Y entre los migrantes me sorprendió ayer detectar a dos ejemplares de alcaudón común Lanius senator en el arbolado urbano. Ya lo he visto con anterioridad en plena ciudad, pero no deja de sorprenderme como estas aves en franca regresión, paran a descansar en plena urbe, sin importarles demasiado la intensa actividad humana que tiene lugar en ella.

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