Muchas veces hago notar la singularidad de algún ave, ya sea por su morfología, su comportamiento o cualquier otro aspecto relacionado con ella, y hoy es el mismo caso el que traigo a este blog. El torcecuello euroasiático Jynx torquilla es un ave más que singular, incluso rara.
Pertenece a la familia de los pícidos (pájaros carpinteros), pero difiere mucho de éstos y se asemeja más, por tamaño y comportamiento a un paseriforme.
Es singular hasta en sus movimientos migratorios, pues las poblaciones del centro y norte de Europa, son migradoras invernando en África, mientras las más sureñas son parcialmente migradoras, e incluso prácticamente sedentarias.
Desde hace unos días se viene observando en uno de nuestros parques uno de estos bellos y singulares pájaros. En nuestra provincia cría, inverna y durante los pasos migratorios son relativamente comunes. Pero nunca es un ave muy frecuente, más bien resulta escaso. Aunque hay que decir que no son fáciles de detectar y puede que su población real este infravalorada.
Se sabe de la invernada de torcecuello en numerosos puntos del sur, levante, y más localmente en otros puntos de Iberia, pero como digo no suelen ser muy numerosos.
Otro rasgo de su “rareza” está en sus hábitos alimenticios. Es un gran consumidor de hormigas, en sus diferentes estadios, a las que captura con una larga y pegajosa lengua, tanto en grietas, en troncos o en el mismo suelo. También se alimenta de otros pequeños invertebrados, que captura en su deambular casi incesante por su territorio, y a pesar de ello no es fácil de descubrir. Su pequeño tamaño -poco más grande que un gorrión- su plumaje críptico, que lo confunde con los troncos por los que suele trepar en busca de comida, lo hacen de difícil observación. Eso si, cuando reclama -con un sonido potente, acelerado y con mayor fuerza al final- es cuando ya no hay duda de su presencia.
Debe el nombre de torcecuello a la capacidad que tienen -tanto durante el cortejo, como cuando se sienten amenazados- de mover el cuello con movimientos sinuosos y contorsiones, que resultan realmente llamativos.
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