Hace unos días tuve un encuentro con este magnifico animal, el meloncillo herpestes ichneumon en un paraje de Marbella.
En nuestro municipio se encuentra bien representado a tenor de las observaciones que he tenido a lo largo de muchos años. Parece pues un animal que no es raro en nuestro término.
Es un cazador merodeador, que recorre su territorio, normalmente intrincados matorrales, que es capaz de atravesar con su alargado cuerpo, en busca de presas del conejo hacia abajo. La falta de conejo en nuestro montes -hecho este muy notorio en las últimas décadas por las enfermedades que éste sufre recurrentemente- no ha significado aparentemente una notable disminución de meloncillos. Su gran plasticidad ecológica que lo lleva a consumir desde frutos, hasta pequeños reptiles, anfibios y prácticamente cualquier pequeño animal que se ponga a su alcance, le ha permitido mantener su población más o menos estable.
Claramente diurno -lo que facilita enormemente su detección-, es la única mangosta europea con área de distribución en Europa restringida al cuadrante suroccidental de Iberia.
Por lo tanto cabe considerarlo como una de nuestras joyas faunísticas, y un buen ejemplo de la gran biodiversidad que atesora nuestro medio natural.
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