Papamoscas gris |
El campo se encuentra en
estas fechas repleto de paseriformes migrantes. Son sin duda los
protagonistas absolutos de estos últimos días de septiembre, y
hacen acopio de grasas para continuar su formidable viaje migratorio.
Todo está sincronizado
en la Naturaleza, y en estos días son numerosos los insectos
voladores que pululan por doquier, y claro, ahí están estos pájaros
para aprovecharlo.
Ayer pude disfrutar de la
observación de algunas de estas especies viajeras en su parada para
reponer fuerzas. Una hembra de Colirrojo real, muchos Papamoscas
cerrojillos y sus parientes los grises que se aprovechaban de esta
abundancia de comida.
El Papamoscas gris
capturó a una de las “chicharras” que todavía se atreven a
volar. Mientras, otros buscaban libélulas y otros insectos que en
estas fechas se encuentran en plena fase de vuelo.
Papamoscas cerrojillo |
Estos pájaros migradores
pueden permanecer incluso algunos días en lugares adecuados con
abundancia de alimento, pues necesitan estar bien alimentados para el
exigente viaje que todavía les queda por delante. Estas “paradas”
en el viaje migratorio son conocidas en el argot ornitológico como
“sedimentación” y consiste básicamente en permanecer algún
tiempo en hábitats favorables, para recargar sus reservas de grasa,
reservas que como he mencionado anteriormente, les resultan
fundamentales para proseguir el viaje.
Hembra de Colirrojo real. |
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