Ayer pude observar,
mezclado entre unos cuantos ánades reales, a este pequeño y
amenazado pato que es la Cerceta carretona Anas querquedula,
en un humedal de Marbella. Como tantas otras especies de anátidas y
en general de aves ligadas a medios acuáticos, este pequeño pato ha
sufrido una notable regresión en España en las últimas décadas. Y
es que los humedales han sido y siguen siendo uno de los ecosistemas
más amenazados en nuestro país, por causas mayoritariamente debidas
a su mala gestión hídrica.
La Cerceta carretona
requiere para llevar a cabo su ciclo vital de zonas con aguas someras
dulces, con vegetación emergida y flotante, y son precisamente estos
humedales los primeros que empezaron a desecarse para su empleo como
tierras de labor.
Habita en latitudes
templadas y boreales de Eurasia, llegando hasta la costa del
Pacífico, y aunque en la parte más oriental de su área de
distribución es relativamente común, en la Europa occidental sus
poblaciones se han vuelto escasas y fragmentadas. Se alimenta
filtrando el agua con su pico y reteniendo pequeños animalillos con
esta singular técnica, que además complementa ingiriendo algunos
brotes de vegetación acuática y palustre. Es un pato migrador nato,
realizando largas migraciones desde la Europa central y septentrional
hasta el África tropical, aunque en los países de la cuenca
mediterránea existe una pequeña población invernante. En nuestra
provincia es un invernante irregular y escaso, sin embargo durante
los pasos migratorios -y en septiembre es el mes por excelencia para
este hecho-, suelen verse más a menudo, ya que la población europea
suele migrar a través de la costa mediterránea.
En este caso se trataba
de un ave joven, mucho menos vistosa que los adultos y sobre todo el
macho, pero el valor de la observación sigue siendo el mismo: el de
uno de los patos más amenazados de Europa, que ha hecho parada
durante su migracion otoñal en uno de nuestros maltratados
humedales.
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