lunes, 6 de octubre de 2014

Garza imperial.

Hace unos días encontré a este ejemplar juvenil de Garza imperial Ardea purpurea en la desembocadura de Rio Verde. A pesar de que este enclave natural se encuentra rodeado de urbanizaciones y con una intensa presencia humana, son varias las observaciones de aves amenazadas que tengo en él.
La Garza imperial es otra más a añadir a las especies que en su migración postnupcial hacia el África subsahariana, hace una parada y repone fuerzas en este río. De hecho durante el tiempo que la estuve observando a corta distancia, capturo un par de pequeños peces que engulló con avidez.
Esta garza de mediano tamaño -algo menor que la real-, se distribuye como reproductora por latitudes sureñas de Europa y Asia, así como el norte y el sureste de África. Su distribución es discontinua y se reconocen varias subespecies. De hábitos discretos, cría en pequeñas colonias por lo general monoespecíficas, en humedales con abundante cobertura vegetal.

En Marbella es un migrante estricto, solo visible durante ambos pasos migratorios, y dado su carácter generalmente esquivo, difíciles de observar. Tiene categoría de amenaza en el “Libro Rojo de las Aves de España”, ya que sus dispersas poblaciones en nuestro país nunca llegan a ser abundantes, estimándose una población media de unas 2000 parejas, algunas de ellas en nuestra provincia, donde en determinados lugares algunas parejas aisladas, consiguen reproducirse.

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