En estos primeros días
de primavera, el tiempo ha mejorado bastante y los vientos que han
sido el fenómeno más llamativo del invierno, han cesado casi por
completo. Con este panorama las aves se entregan a la reproducción.
Todavía se encuentran, en la mayoría de los casos, en sus primeras
etapas (construcción del nido, establecimiento de territorios,
paradas nupciales).
Herrerillo común. |
Hace unos días descubrí
el emplazamiento de un nido de Herrerillo común Cyanistes
caeruleus en una farola. Y es que estos pajarillos de apenas 12
cm de longitud anidan en huecos, que normalmente son de origen
natural -en los árboles-, pero que al encontrar estos refugios que
los humanos hemos puesto a su alcance, parecen sentir cierta
predilección por ellos. Probablemente por que les ofrecen mayor
protección ante los depredadores y también por la poca
disponibilidad de estos agujeros naturales. La pareja de Herrerillos
no paraban de introducir material para el acondicionamiento del nido,
mientras a unos metros de distancia otro familiar suyo: el Carbonero
común Parus major, no cesaba de emitir su repetitivo canto.
Carbonero común. |
Ambas especies de páridos
son bastante comunes en Marbella ocupando todo tipo de zonas
arboladas, llegando incluso a vivir en pleno casco urbano. Al menos
el Carbonero común se ha convertido en urbanita y es relativamente
común en plena ciudad, siempre que exista arbolado.
En unas semanas ya se
verán a los pequeños solicitando insistentemente comida a su
progenitores, que tendrán mucho trabajo, porque sus puestas suelen
ser numerosas -mas de seis huevos en la mayoría de los casos-, y
buscarán insectos constantemente.
Unos magníficos
insecticidas naturales, que llegan incluso a devorar las temidas
orugas de las procesionarias del pino, tan perjudiciales para las
masas de pinares.
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