Llegados a estas alturas
del año casi todos los pajarillos muestran ya signos de celo. Ayer
la algarabía que mostraban los herrerillos fue lo que más llamó mi
atención.
Dos son las especies de
herrerillos que viven en Iberia y ambas están presentes en Marbella:
el Herrerillo común Cyanistes caeruleus y el Herrerillo
capuchino Lophophanes cristatus.
Son pajarillos de pequeño
tamaño y de preferencias arborícolas. Los dos pertenecen a la
familia de los páridos, que también incluye a los carboneros. Viven
en gran parte de Europa, faltando solo en las zonas más
septentrionales y apenas realizan movimientos migratorios de entidad,
siendo básicamente sedentarios. En Iberia este sedentarismo es más
acusado si cabe, por la benignidad de nuestro clima.
También comparten
hábitos reproductivos, anidando en huecos de árboles, o en otras
cavidades y son de puestas numerosas, no siendo raro nidadas de 9 o
incluso más huevos, aunque lo normal es que sean de 6 a 8. No son
fáciles de ver; su forma de vida ligada a los árboles, su pequeño
tamaño y su constante deambular en busca de alimento, no son las
condiciones óptimas para observarlos con facilidad.
Herrerillo común Cyanistes caeurelus. |
El Herrerillo común
prefiere arboledas , siendo muy común en alcornocales, encinares, y
otras formaciones caducifolias y más escaso en las de coníferas. Se dejan ver con cierta frecuencia en zonas urbanas con arbolado, siendo frecuente en parques y jardines.. Come
pequeños insectos que busca entre los troncos y ramas, a veces en
acrobáticas posturas y no desdeña algunas semillas, bayas y frutos
cuando éstos son accesibles.
Herrerillo capuchino Lophophanes cristatus. |
Por su parte el
Herrerillo capuchino prefiere los bosques de coníferas, aunque
también se dejan ver en otras zonas arboladas, jardines incluidos.
De todas formas son algo más montaraces que sus parientes lo comunes
y menos abundantes que estos. En Iberia falta en amplias zonas de las
mesetas y valles fluviales con escasa cobertura vegetal y es muy
abundante en zonas montañosas del norte. Al igual que su pariente el
común, se alimenta de pequeños insectos y arácnidos que busca sin
descanso entre las ramas de los árboles.
El Herrerillo común es
de vivo colorido, con azules y amarillos predominando en su plumaje,
mientras su primo el capuchino presenta una discreta coloración pero
con una cresta eréctil que le da nombre, y que le hace una de las
aves más bellas y singulares de la avifauna ibérica.
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