Los dominadores del aire

Los Vencejos son las aves con una mejor adaptación a la vida aérea. El dominio de este medio por su parte es tal, que solo toman tierra durante la reproducción, realizando el resto del año toda su vida en vuelo. Duermen, se alimentan e incluso copulan en pleno vuelo y por lo tanto pasan unos nueve meses sin abandonar el aire.

Se alimentan de pequeños insectos voladores que se encuentran en el medio aéreo y que recibe el nombre de aeroplacton. Su técnica es bien sencilla: vuelan con el pico abierto y de esta manera queda retenido en su interior su casi microscópico alimento.

En nuestra zona podemos ver varias especies de Vencejos, aunque son dos las que veremos casi a diario durante la primavera y el verano: el Vencejo pálido Apus pallidus y el Vencejo común Apus apus (foto).

El primero de ellos es de un color más claro y de un aspecto más escamoso que el segundo. Además suele llegar casi con un mes de anticipación, allá por el mes de marzo. Sin embargo el Vencejo común, algo más contrastado que su pariente, llega a partir de abril. Ambas especies permanecen en Iberia hasta septiembre, aunque ya desde agosto algunos empiezan  a marcharse hacia África.

Son fáciles de observar ya que crían en las ciudades y son muy numerosos. Lo que no es tan fácil es distinguirlos y hay que ser un experto en estas aves para discernir a simple vista si es una especie u otra, aunque en este sentido el reclamo de uno y otro es ligeramente distinto y puede ayudar en su correcta identificación.

Otros representantes de la familia Apodidae que se pueden ver en Marbella y alrededores son el Vencejo real, mayor que los anteriores y con el vientre blanco, que cría en algunos cortados rocosos de Sierra Blanca y el Vencejo cafre, especie de reducida población el el sur ibérico pero cuya presencia en Marbella está confirmada en bajo número.

Posiblemente también nos lleguen algunos Vencejos moros, ave de procedencia norteafricana que mantiene en el sur ibérico una reducida población. En este caso no está confirmada su presencia en Marbella, pero sí en algunos municipios gaditanos limitrofes con la provincia de Málaga, lo que hace pensar que con su gran capacidad de desplazamiento, algunos puedan llegar a nuestra zona en alguna ocasión.

En estas fechas con la reproducción de estos inigualables seres alados en pleno apogeo, el sonido de sus chiiriantes reclamos llenan el aire de las ciudades y campos, siendo uno de los sonidos más representativos en el mundo natural.