domingo, 8 de julio de 2012

Llega el verano


Comenzado ya el verano las aves residentes y estivales se encuentran casi todas llegando al final de su ciclo reproductor. Una vez cumplido el objetivo de perpetuarse, muchas de ellas se encuentran en proceso de muda o cuando menos presentan el plumaje con un alto grado de desgaste; por lo tanto no lucen ahora, salvo algunas excepciones, sus mejores galas. Las excepciones se corresponden generalmente con las especies más tardías en su reproducción, caso de las Oropéndolas o los Papamoscas grises (foto), o bien aquellas que no mudan el plumaje en estas fechas, o sólo lo hacen de manera parcial. El grueso de las especies de pequeños paseriformes están inmersos en esta fase un tanto discreta de su ciclo biológico, en el que apenas se dejan ver u oír, e intentan pasar desapercibidos a sus posibles predadores en estos momentos críticos, ya que la muda es un periodo muy exigente, donde las aves consumen una gran dosis de energía.
Pero apenas en unas semanas comenzarán los primeros movimientos migratorios postnupciales; de hecho ya algún adelantado visitante puede verse camino de sus cuarteles de invernada, aunque todavía toparse con ellos sea una auténtica suerte. Habrá que esperar unas semanas, para que el fenómeno migratorio se encuentre plenamente instaurado y depare interesantes observaciones.

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