Ayer domingo, después de varios dias de intensa lluvia y precediendo a la llegada de un nuevo temporal , pude disfrutar durante unas horas de varias especies de aves que se afanaban ya en la construcción del nido.
Una pareja de Currucas cabecinegras Sylvia melanocephala transportaban incesantemente material para la construcción del nido, como presagiando que el mal tiempo volvería pronto. Este pequeño pajarillo, habitante típico del matorral mediteráneo, es uno de los Sylvidos más comunes y fácilmente observables en nuestros campos.
El otro habitante del bosque que preparaba ya su nido, era el Herrerillo común Parus caeruleus, pequeño Párido que como el resto de su familia cría en un agujero de algún árbol, que forra con fibras vegetales para dotarlo de mayor comodidad.
Además de estos pequeños pajarillos pude comtemplar las evoluciones de una pareja de Culebrera europea, rapaz de gran porte que acaba de llegar desde África y de otro recién llegado, el Alcaudón común.
A pesar de que no lo parezca, la primavera está llamando a la puerta y en estas latitudes las aves suelen adelantarse un poco a ella, iniciando la reproducción cuando el tiempo astronómico todavía no marca el cambio de estación.
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