El
galápago leproso Mauremys leprosa es una de nuestras joyas
faunísticas. Lo es por su área de distribución, que está
restringida en Europa a la península Ibérica y a una pequeña
población en el sur de Francia, así como en algunas islas
mediterráneas. También aparece en el norte de África. Por su
carácter termófilo falta de buena parte del norte de nuestro país.
Su
alimentación es mayoritariamente de origen vegetal, pero también
consume pequeños invertebrados e incluso puede llegar a consumir
carroña.
Está
muy ligado al medio acuático evidentemente, pero es capaz de
soportar, hasta cierto grado, aguas con cierto nivel de
contaminación.
Lo
que si necesita es aguas remansadas, ya sean embalses, lagos , ríos, etc. Y dado su carácter termófilo precisa un alto grado de
insolación, y cierta cobertura vegetal, tanto de vegetación
palustre como sumergida.
Desde
hace unos años noto un notable descenso de sus efectivos en
Marbella. Y diversos autores parecen coincidir en este hecho: el galápago leproso es cada vez menos común.
Las
causas seguramente son variadas, pero entre ellas se encuentra la
tremenda expansión que está teniendo la exótica invasora tortuga
de Florida Trachemys scripta, e incluso alguna otra especie
introducida en tiempos recientes. Compiten con nuestro galápago
autóctono por los lugares de soleamiento, por el alimento, incluso
les pueden transmitir patógenos, ya que la especie alóctona se ha
hecho muy numerosa. Además algunos de los peces introducidos, o sea
invasores, depredan sobre el leproso, aumentando así la de sus depredadores naturales.
Mi impresión es que cada vez hay menos de los
nuestros y más de los invasores, y si no se toman medidas -que lo
dudo-, la población autóctona podría llegar a colapsar.