lunes, 24 de junio de 2024

Blanco y negro.

 

El nombre vernáculo de “culiblanco” le viene como anillo al dedo a este túrdido, de distribución restringida a Iberia y el norte de África, y parece que también en pequeño número en Francia. La collalba negra Oenanthe leucura, es uno de los paseriformes más exclusivos de los que podemos disfrutar en Marbella.


El blanco y el negro son los colores presentes en este pájaro que se mueve en ambientes áridos, frecuentemente en escarpes rocosos. Estrictamente insectívoro, se dedica a buscar a sus presas en su ambiente, con escasa o nula vegetación, y cría en alguna oquedad entre las piedras o paredes rocosas. No presenta movimientos migratorios relevantes, si acaso pequeños desplazamientos altitudinales y de las poblaciones más norteñas. En Iberia su distribución tampoco es homogénea, siendo el levante y el sur donde presenta poblaciones más numerosas, pues es un ave termófila; si bien llega a penetrar en zonas de la mitad norte, pero con escasas poblaciones, es en el entorno del Mediterráneo donde encuentra su hábitat óptimo, y se calcula un número máximo de unos 60000 ejemplares para nuestro país.


Nuestra Sierra Blanca acoge unas cuantas parejas de este singular ave; no demasiadas, porque además de tener un hábitat muy específico, no es ni mucho menos común. Haciendo un cálculo optimista, creo que unas 15 o 20 parejas son las que crían en nuestro término. Y esto siendo optimista.


Ayer mismo detecté a una pareja que no tenía controlada y me llenó de satisfacción. Son aves tan escasas y singulares, que cada nueva observación vale su peso en oro.

La tendencia a nivel de España parece estable en los últimos 25 años y está incluida en el LESPE, como especie protegida.


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