sábado, 18 de mayo de 2024

Bellas y esquivas.

 

Que hay aves difíciles de observar en condiciones medianamente aceptables es algo conocido por todos los observadores, pero pocas habrá tan esquivas como la bella oropéndola Oriolus oriolus. Fotografiarla ya ni hablamos.

MACHO

Esta ave que pasa el invierno en el África tropical es una de las más coloridas y singulares de las que podemos disfrutar en Marbella. Tiene preferencia por sotos y otras formaciones arbóreas frescas. Siempre se mueve en estos medios forestales más bien densos, y a menudo por las zonas altas de los mismos; de ahí la dificultad de observarla.

MACHO


Aunque la tendencia general en España es claramente positiva, no está exenta de problemas de conservación. El cambio climático, y la subsiguiente pérdida de hábitat en sus zonas de invernada y de cría, es un factor que podría afectarle negativamente. En nuestra localidad sin embargo yo creo que su población más bien está disminuyendo. La pérdida de zonas adecuadas a su biología se me ocurre que pueda ser el causante de que cada vez sea más difícil dar con alguna pareja. Aún así, algunas quedan. Esta semana detecté al menos 2 parejas, si bien como queda dicho, algunas otras que conocía de años atrás han desaparecido, al perderse masas arbóreas o estar muy alteradas.

JUVENIL

Come un poco de todo, aunque tiene preferencia por orugas, y otros insectos que busca en el denso entramado de árboles y arbustos, pero no le hace ascos a algunos frutos como los higos, de los que es una consumidora frecuente.

Suelen ser de las últimas en llegar a Iberia entre las migrantes transaharianas, generalmente durante abril, y curiosamente también se marchan pronto, apenas empezado septiembre.

Son pocos los meses que permanecen pues entre nosotros, estas elegantes aves de hábitos arborícolas. Hay que disfrutarlas ahora.


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