En los últimos tiempos estamos viendo como más especies de aves se dejan ver en el medio urbano. No tengo muy claro el motivo, pero es cierto que la mayoría de ellas son las que podemos considerar como aves forestales. Y puede explicarse por que en las urbes existen parques , jardines y zonas arboladas. Lo que ya no me cuadra tanto es que algunas de ellas, que hasta ahora consideraba aves muy “montanas”, sean las protagonistas y no me esperaba que llegaran a criar en plena ciudad.
La Paloma torcaz Columba palumbus es una de ellas. Ave que en los últimos tiempos ha aumentado su población, y se han constatado que su presencia en zonas urbanas y semiurbanas ha aumentado. Pero aun así, no dejó de sorprenderme cuando hace unos días pude comprobar como una de ellas construía el nido en un céntrico parque urbano de nuestra localidad. Se desde hace tiempo que lo hacen en otras ciudades de la península, pero en la nuestra es la primera vez que lo constato y esto era inimaginable para mí al menos, hace unas décadas.
Y si ya me sorprendió la torcaz, más aún me dejo perplejo el astuto arrendajo euroasiático Garrulus glandarius, un córvido que aunque llevo tiempo detectando en la urbe, tampoco esperaba que llegara a criar en ella. Y lo he podido detectar en plena ciudad criando, en un jardín bastante extenso, pero en pleno casco urbano.
Dos aves que no imaginaba que pudieran criar en un medio tan antropizado, pero que lo hacen, aunque tengo que decir que no es un hecho generalizado de momento. En principio parecen ser parejas aisladas, pero ya veremos.
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