Que estamos en pleno paso postnupcial, ya lo he dejado claro desde hace prácticamente un mes, o incluso más. Pero es que también nos están llegando ya algunas de las aves que pasaran el invierno en nuestro medio natural.
Ayer sin ir más lejos ya pude contemplar a dos correlimos tridáctilos Calidris alba, con su típico correteo por una de nuestras playas. Alguna otra especie, plenamente invernante por aquí, también se dejó ver, caso del charran patinegro.
Pero centrándome en el “correplayas”, es un ave con una capacidad viajera como pocas. Desde latitudes muy norteñas -generalmente dentro del circulo polar ártico-, desciende ya durante el mes de agosto, hacia zonas más benignas para pasar el resto del año. Incluso pueden llegar a costas del sur de África.
El comportamiento migrador de esta pequeña ave limícola es complejo, con solapamientos entre poblaciones, pero en general parece que la que inverna en Europa, ha nacido en Groenlandia.
Y pueden llegar a verse durante muchos meses al año en nuestras playas. De hecho tengo observaciones de algún ejemplar -que supongo migrante- a primeros de junio. Cuando ya a finales de agosto pueden estar de vuelta. Incluso algunos parece que no llegan a terminar el viaje al lejano norte por diversas causas, y pueden observarse durante la época que en teoría, no deberían estar aquí.
Una simpática avecilla playera, que a partir de ahora veremos con más asiduidad en el medio costero.
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