lunes, 12 de septiembre de 2022

La escasa collalba negra.

 

En las fechas en las que nos encontramos, casi todas mis entradas versan sobre aves migratorias, ya que estamos en el pico del paso migratorio postnupcial. De hecho desde hace casi un mes vengo haciendo entradas sobre este fenómeno natural que tanto interés despierta en quienes nos movemos en este mundillo de emplumados seres.

Pero hoy traigo a esta entrada a un ave, que precisamente no puede considerarse migratoria, sino más bien todo lo contrario.


La collalba negra Oenanthe leucura es un ave básicamente sedentaria y territorial, aunque se sabe que las poblaciones más norteñas si que pueden realizar movimientos hacia el sur durante el otoño. También hay pequeños desplazamientos altitudinales en poblaciones más sureñas, pero en general es un pájaro que no realiza movimientos migratorios destacables.


Es uno de nuestro pájaros más exclusivos, ya que solo habita en zonas del noroeste de África y en Iberia. Y no es ni mucho menos un ave común, al menos en nuestra zona. En la zona levantina parece algo más numerosa, pero en todo caso la población global europea (España y Portugal) se cree que no sobrepasa las 15000 parejas.


En Marbella se encuentra en zonas de sierra Blanca, sobre todo en zonas de roquedo, que constituye su hábitat óptimo. Pero aunque estemos en el lugar más apropiado para ella, apenas alguna decena de parejas se pueden ver en nuestra sierra. Como dije con anterioridad, no es un ave abundante, ni mucho menos.

Ayer tuve la suerte de toparme con este ejemplar relativamente cerca y disfrutar un rato de sus idas y venidas, mientras emitía su canto territorial. 

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