Petirrojo europeo |
En estos días de octubre
se van asentando las aves invernantes en nuestro territorio. Algunas
especies todavía no presentan densidades elevadas, signo inequívoco
de que todavía están llegando, pero poco a poco, cada día, se van
viendo más especies y en mayor cantidad.
Zorzales, petirrojos,
currucas capirotadas y un largo etcétera de especies, que o bien son
estrictamente invernantes o que aunque mantienen poblaciones locales
todo el año, ven ahora incrementado notablemente su número con la
llegada de ejemplares de procedencia más norteña.
Entre los primeros se
puede citar al zozral común turdus philomelos, un túrdido
que nos llega desde el centro y norte de Europa y que solo permanece
durante los meses otoñales e invernales, marchándose a partir de
marzo a sus zonas de cría. Entre los segundos, citaré al petirrojo
europeo erhitacus rubecula, un pajarillo muy frecuente durante
los meses más fríos, y que mantiene una población reproductora no
muy numerosa pero ciertamente destacable en nuestro municipio.
Y además todavía la
migración postnupcial da sus últimos coletazos, y aunque ya es un
hecho poco perceptible, todavía algún migrante se deja ver, lo que
hace que salir al campo a pajarear tenga una cierta dosis de
“aventura”.
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