Papamoscas cerrojillo, |
En estos días de octubre
se da la circunstancia de que el paso de paseriformes migradores
todavía es muy patente y además se comienzan a recibir a los
primeros invernantes en nuestro medio natural.
Ayer tuve una observación
que puedo calificar como “emocionante”. Un papamoscas cerrojillo
Ficedula hypoleuca, descansaba visiblemente agotado,
seguramente tras una larga jornada de vuelo. Me dejó acercarme a una
distancia a mi entender bastante corta y además daba evidentes
signos de cansancio, ahuecando el plumaje y casi cerrando los ojos
ante mi cercana presencia.
Y es que estos
formidables viajeros, a los que todavía les quedan posiblemente
miles de kilómetros de viaje, hasta el África tropical, siempre me
resultan fascinantes. Impresiona ver como estas avecillas de pequeño
tamaño realizan tan largas migraciones año tras año. Como su
instinto les empuja a seguir hasta alcanzar su destino, aunque
algunos no lo consigan.
Y de las recién llegadas
hasta nuestro medio natural para invernar destacaré las primeras
bisbitas pratenses y zorzales comunes, que en estos próximos meses
pasarán el invierno en los campos, hasta que de nuevo su instinto
migrador los empuje hacia el norte a comienzos de la próxima
primavera.
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