lunes, 15 de julio de 2013

Destrucción de colonia de Avión común.

Ubicación de la colonia destuida de Avión común en la iglesia del Santo Cristo.

Hace unos días, paseando por una de las calles con más solera de Marbella: la calle Ancha, me llevé la desagradable sorpresa de comprobar como había sido destruida la colonia de Avión común que existía en la iglesia del Santo Cristo. No me atrevo a pronosticar cuantos años hacia que estas pequeñas avecillas criaban en esta colonia, pero yo la he conocido de toda la vida y probablemente haya existido desde hace siglos.
Parece ser que ahora resultan molestas, cuando el único “problema” que pueden generar es la presencia de excrementos en el suelo; hecho éste con el que el pueblo de Marbella ha convivido sin mayores problemas hasta el momento. Pero parecemos empeñados en borrar de nuestras ciudades cualquier atisbo de Naturaleza, porque “ensucia” nuestro humanizado entorno, y estamos dispuestos a infringir la ley si es necesario (incluso si se es administración), para “salvaguardar” no sé muy bien qué.

 
Esto es lo que dice la Ley 42/2007 del Patrimonio Natural y la Biodiversidad sobre las especies incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, en el que se encuentra incluido el Avión común Delichon urbicum:

Artículo 54. Prohibiciones para las especies incluidas en
el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección
Especial.
1. La inclusión en el Listado de Especies Silvestres
en Régimen de Protección Especial de una especie, subespecie
o población conlleva las siguientes prohibiciones
genéricas:....

...b) Tratándose de animales, incluidas sus larvas, crías,
o huevos, la de cualquier actuación hecha con el propósito
de darles muerte, capturarlos, perseguirlos o molestarlos,
así como la destrucción o deterioro de sus nidos, vivares y
áreas de reproducción, invernada o reposo.
Avión común Delichon urbicum.
 
El caso es que una colonia de estas simpáticas aves -que no olvidemos consumen gran cantidad de insectos -, ha sido arrasada. Aunque una osada pareja se ha atrevido a construir de nuevo su nido en el mismo lugar. Ojalá que prosperen y vuelvan a llenar con sus chirriantes reclamos las calles del centro de nuestra ciudad, a pesar de lo poco valoradas que resultan, visto lo visto.

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