Que nuestros humedales no están en buen estado de conservación es bastante evidente. Y esto influye – y mucho-, en las especies de aves que pueden vivir en en ellos.
Hay 3 de ellas que no detecto desde hace ya más de una década, y que aunque no eran, ni mucho menos abundantes, si que estaban presentes al menos. Todas ellas -al menos en tiempos relativamente recientes-, son solo invernantes en Marbella.
El pájaro moscón Remiz pendulinus, es un típico habitante de estos medios, donde existan saucedas, carrizales, eneales... En definitiva vegetación palustre y de ribera, que hoy resulta escasa y fragmentada en nuestro entorno cercano.
Otro desaparecido de nuestros medios acuáticos últimamente, es el bisbita alpino Anthus spinoletta, un paseriforme que cría en zonas de alta montaña y que en invierno busca zonas ribereñas (cursos bajos, embalses, marismas) en cotas bajas.
Y posiblemente el más amenazado de estos paseriformes es el escribano palustre Emberiza schoeniclus. La población reproductora española es exigua, pero en invierno nos llegan desde el norte muchas más invernantes. Aún así es un ave en regresión, y en Marbella llevo más de una década sin verlos. Como las otras dos especies necesita que los humedales reúnan unas mínimas condiciones de naturalidad, con vegetación palustre desarrollada, algo que ahora no es ni mucho menos así.
No descarto que algún ejemplar de estas especies se encuentren en nuestro municipio durante la invernada. Yo desde luego, no los detecto desde hace varios años, pero alguno me podría pasar desapercibido.
En todo caso sería una presencia testimonial, mucho menor que la que tuvo en épocas pasadas, cuando nuestros medios acuáticos se encontraban en mucho mejor estado de conservación.



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