Entrando en la recta final del mes de abril, la migración prenupcial se encuentra en máximos. Hoy mismo he visto a varios de estos increíbles viajeros transcontinentales en un parque de Marbella. Pero de todos los avistados, el que más “ilusión” me ha hecho ha sido un precioso macho de oropéndola Oriolus oriolus. Este pájaro, un auténtico fantasma de las espesuras arbóreas, resulta bastante complicado de observar, por sus hábitos de vida, bastante reservados y esquivos. Resulta más fácil oírlos que verlos.
Invernan en el África tropical y vienen a reproducirse a latitudes templadas y norteñas de Europa, norte de África y algunas zonas occidentales de Asia. Pero es exigente a cuanto al hábitat. Necesita de bosques caducifolios; aunque en España se concentran en sotos y riberas fluviales y algún bosque denso con cierta humedad.
Su alimentación está compuesta básicamente por invertebrados -orugas e insectos de buen tamaño-, y los complementa con frutos, tanto silvestres como cultivados. Son grandes aficionadas a los higos y las moras por ejemplo.
En Marbella su población ha disminuido, digamos en las últimas dos décadas, y siempre según mi apreciación. Pienso que debido a la destrucción o alteración grave de su hábitat. A nivel de la península, sin embargo, parece que su tendencia es positiva en los últimos años.
La observación de hoy es de un ejemplar claramente en migración, pues el lugar donde la he avistado no es adecuado para reproducirse.
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