La gaviota patiamarilla Larus michaellis, se ha convertido de un tiempo a esta parte, en un ave urbana. Resulta bastante frecuente en la ciudad y en ambientes costeros, pero a mi no deja de parecerme un ave, que a pesar de ser muy común ahora todo el año, tiene su elegancia y merece ser observada con detenimiento.
A menudo es “denostada” por sus hábitos carroñeros e incluso cazadores, pero la vida es así: cada cual se las busca como puede. Incluso se la llega a “acusar” de atacar a las personas en época reproductora, pero tampoco es del todo cierto. Pueden llegar a intimidar, pero poco más.
De momento en nuestra zona su población parece en ligero aumento, pero en zonas del norte de la península está empezando a decrecer. Los motivos son variados, pero fundamentalmente están relacionados con falta de alimentos de origen antrópico, e incluso con una enfermedad viral.
Su gran adaptabilidad y amplio espectro trófico juegan a su favor, pero los factores adversos pueden llevarla a sufrir mermas importantes en su población. El tiempo dirá.