Mucho más estilizada y de aspecto más grácil que su pariente la patiamarilla, la gaviota de Audouin Ichtyaetus audouinii, es relativamente frecuente en nuestra costa, sobre todo en invernada. Allá por los años 70 de la pasada centuria llegó a estar en serio peligro, ya que apenas quedaba un centenar de parejas criando en nuestro país. Después se ha recuperado notablemente, aunque últimamente parece estar descendiendo otra vez. En todo caso pasó de estar catalogada “en peligro” a “vulnerable” en la actualidad.
Es una gaviota que sólo cría en el Mediterráneo, sobre todo en España, y en colonias dispersas y no muy numerosas. Además la sobreexplotación pesquera y el uso turístico del litoral, donde cría, ha tenido un efecto negativo en su población.
Se alimenta de peces pelágicos y lo que pueda encontrar en las playas. Como otras aves marinas también acude al descarte de los pesqueros, pero no es tan adaptable como sus parientes, y por ello sus poblaciones no acaban de aumentar.
Durante la invernada pueden llegar hasta las costas del oeste de África, hasta casi el ecuador, pero en nuestra costa es posible avistarla, generalmente en bajo número, pero en ocasiones en pequeñas agrupaciones cuando marchan hacia las costas africanas, y ya en otoño e invierno en menor cuantía.
Su indudable elegancia y relativa escasez, hacen que cada observación de esta singular y mediterránea gaviota sea un deleite y no se olvide con facilidad.
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