Este pequeño pájaro, el papamoscas cerrojillo Ficedula hypoleuca, es el ave que más entradas tiene en este blog. Al ser un pájaro estrictamente migrante, con dos pasos muy marcados en nuestro término (prenupcial y postnupcial), y ser relativamente fácil de detectar, incluso en el medio urbano -parques y jardines, sobre todo-, me lleva a incluirlo año tras año, pues encarna a la perfección el “espiritu migrador” de muchas especies de paseriformes, capaces de proezas migratorias relevantes, como la de realizar 2 viajes anuales de miles de kilómetros.
Desde hace una semana más o menos, es ya bastante notorio el paso de este pájaro por Marbella. Desde finales de agosto se detectan, pero es ahora y hasta entrado octubre, cuando un ave muy común en el centro y norte de Europa se mueve en masa hacia África, y claro este intenso movimiento resulta detectable.
Como la mayoría de los pequeños pájaros suelen volar durante la noche, y durante el día descansan y se alimentan, para obtener energía con la que realizar otra etapa. Ya se encuentran cerca de dar el gran salto hacia el vecino continente, pero una vez allí todavía les quedan retos importantes, como atravesar el desierto del Sáhara, pues esta especie, como la mayoría de los paseriformes, invernan al sur de éste, algunas incluso llegando casi hasta Sudáfrica. No es el caso del papamoscas cerrojillo, que se queda en latitudes tropicales y ecuatoriales.
De momento se pueden disfrutar en zonas con arbolado, donde se escucha a menudo su reclamo y donde en acrobáticos vuelos, capturan insectos en el aire mayormente, recuperando fuerzas y descansando para continuar su periplo migratorio.
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