El
Quebrantahuesos Gypaetus babatus, es una de las aves
carroñeras más singulares de la avifauna europea. Esta singularidad
ya fue tenida en cuenta por los viajeros extanjeros -mayoritariamente
británicos- que visitaron España, sobre todo en el siglo XIX y
primeros años del XX, y que veinan ávidos de capturarlos para
naturalizarlos -o sea disecarlos- y pasar así a engrosar colecciones
zoológicas repartidas por buena parte de Europa. También sus huevos
fueron fruto de la codicia de estos cazadores- aventureros, que
llegaban a tener a personal local como recolectores de éstos.
Uno
de estos personajes fue Lord Lilford (1833-1896), que dedicó
especial atención al Quebrantahuesos llegando a tener anotadas las
ubicaciones de varios nidos, algunos de ellos en las cercanías de
Marbella.
De
hecho este coleccionista inglés observó a uno de estos imponentes
buitres en la sierra Palmitera, cerca de Marbella en 1864. En esa
misma expedición y en el mismo lugar también citó una pareja de
Buitre nego Aegypius monachus y a numerosos Buitres leonados
Gyps fulvus como habitantes de esta sierra cercana. Asimismo,
dice conocer la existencia de dos nidos de Quebrantahuesos en las
montañas de Istán.
Otros
dos aventureros ingleses, Chapman y Buck, años después también
constataron la cría de este buitre en la Sierra Bermeja y se hicieron
eco de la disminución de la población debida a la colocación por
los pastores y campesinos de veneno para los lobos y para las propias
aves necrófagas, que sin saber muy bien porqué gozaban de mala
reputación.
Estas
citas de aves, que a dia de hoy son inexistentes en nuestro
territorio, puede darnos una idea de los cambios que ha sufrido
nuestro medio natural, y que han llevado a la desaparición de estas
y otras especies de nuestra avifauna, en la mayoría de las ocasiones
por efectos de la acción humana, poco -por no decir nada- respetuosa
con el medio natural y sus habitantes.
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