martes, 10 de enero de 2017

El matador más veloz.

El Halcón peregrino Falco peregrinus, es una rapaz relativamente común en nuestro término, si bien no es ´facil de avistar a corta distancia, pues suele vivir en zonas serranas con abundancia de roquedos. Ayer sin embargo este ejemplar decidió que una torreta eléctrica era un buen oteadero para sus lances de caza, y vaya si lo fue.
Se presentó sobre el poste con una presa en las garras, un pequeño pájaro que no llegué a identificar, pues en apenas dos minutos había acabado la tarea de engullirlo. Apenas unas plumas en el aire eran lo que uqedo del desdichado pajarillo. Tras un tiempo de reposo, soleandose al tibio sol del invierno, desplego sus poderosas y afiladas alas y se lanzó en un vuelo batido y potente, pasando a unos metros de donde yo estaba. Regresó en poco más de un minuto con otra avecilla en las garras. Esta vez si la pude identificar, pues la cola rojiza dejaba a las claras que se trataba de un Colirrojo tizón. Al igual que el anterior, lo desplumó y se lo comió en apenas dos o tres minutos.
Después de otro rato de descanso volvio a lanzarse en un vertiginoso vuelo de caza en varias ocasiones más, pero ya no consiguió más presas, al menos mientras yo permanecí en las cercanías.

Aunque pueda parecer un poco cruel el relato, así es la vida en la Naturaleza. Para que aves de tan soberbia belleza y extraordinarias cualidades (está considerado el ser vivo que mayor velocidad puede alcanzar), otras tienen que perecer y servirles de alimento

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