Macho de Roquero solitario. |
El roquero solitario
Monticola solitarius,
como su nombre indica, es un típico habitante de zonas con roquedos,
donde se dedica a la búsqueda de insectos e incluso de pequeños
vertebrados como las lagartijas. Lo menos usual es encontrarlo ligado
a medios urbanos y esto precisamente es lo que pude comprobar ayer.
Aunque en anteriores ocasiones ya lo había observado en
construcciones humanas, siempre había sido en lugares más bien con
poca densidad de edificaciones, pero ayer lo encontré en una
urbanización de casas adosadas en Marbella, y además muy cerquita
de la playa, prácticamente en ella.
Este túrdido cuyo macho
(foto) presenta un color azul oscuro, no es un ave abundante en
Iberia, buscando siempre las zonas montañosas más térmicas. Se
distribuye en varias subespecies por Europa y Asia meridional y el
norte de África, con un comportamiento migrador dispar. Mientras las
poblaciones ibéricas parecen ser básicamente sedentarias, las más
norteñas si que vienen al sur durante el otoño.
En el sur ibérico es
frecuente en zonas montañosas, pero su número nunca llega a ser
elevado (se calcula para España una población de unas 10000
parejas) pero falta en amplias zonas de las mesetas y grandes valles
fluviales.
Por lo que se ve este
ejemplar pretende instalar su territorio en esta urbanización, donde
puede llegar a criar en alguna oquedad de alguna casa.
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